SIN RAZONES

Los sindicatos podrán hoy reír a sus anchas. Han conseguido colapsar Madrid con una de esas huelgas salvajes tan típicas de ellos.

Otras cosas no sabrán, pero lo que es mofarse del ciudadano y al mismo tiempo cabrearle, eso es pan comido para ellos.

Hoy ha tocado al metro, pero cualquier día de estos serán los autobuses, o la Renfe, o los pilotos, o el personal de los hospitales... Así que el ciudadano, el que trabaja para ganar un salario las más veces de limosna, se encuentra vendido ante esta panda de revanchistas envidiosos que no saben más que para mostrar su repulsa - ideológica, que no otra - al gobierno de la comunidad, le da una patada en el trasero de los trabajadores.

¿Serán conscientes del daño que producen precisamente a los trabajadores? Al parecer, no. Y seguramente les importa un haba causar tanto perjuicio a los que dicen representar.

No cabe duda de que si el hombre pierde la capacidad de razonar solo es una bestia.

LOS DEFECTOS DEL OTRO

No hace mucho hablaba yo con un conocido que acababa de divorciarse, y el hombre me decía la de defectos que con el paso del tiempo fue encontrando en su mujer, hasta que no pudiendo más, se divorció.

Conociéndole a él y también a su mujer, yo me aventuré a insinuar que tal vez no muchos más de los que presentaba él mismo, pero le sentó tan mal mi atrevimiento que amenazó con no dirigirme la palabra nunca más.

Después he reflexionado sobre la actitud de este conocido, y no he podido menos que reconocer que el mundo está lleno de individuos como él, en el que me incluyo.

No nos damos cuenta, pero vamos por la vida exigiendo que nuestros familiares, amigos y hasta los conocidos se comporten como nos gustaría a nosotros, que opinen según nuestros deseos y actuen en base a nuestro criterio, olvidándonos que cada uno de ellos tiene su propia personalidad.

Y lo que es peor: convencidos de que nosotros estamos libres de todo defecto.

UN MUNDO DIVIDIDO

Opino que son ciclos, y ahora estamos en el que todo vale para desprestigiar a la iglesia. Hubo otras épocas que era todo lo contrario, cuando la iglesia, dueña y señora campaba a sus anchas.

Ocurre con todas las organizaciones creadas por el hombre, y también en aquellas, como la iglesia, cuyos principios son encomiables, que se crean con unos fines humanitarios, y con el paso del tiempo la mano del hombre las desvirtua.

Por eso la iglesia no es una excepción. Los que la critican, cargados de razón, tienen a mano un sin fin de ejemplos para hacerlo. Y los que la defienden, con tanta razón como aquellos, otro tanto para defenderla, y como es tan difícil encontrar el equilibrio, unas veces toca abusar del poder y otras ser víctima de la represión.

Los pacíficos, esos hombres que sueñan alcanzar un mundo en paz, de respeto mútuo, sin agresiones y sin rencores, no entienden por qué no somos capaces de vivir en concordia, sin guerras y sin enfrentamientos, y es que se olvidan de que hay otros que, a su vez, tampoco entienden por qué los pacíficos han de ver cumplidos sus deseos.

SERVIDUMBRE

Casi con lágrimas en los ojos, me contaba mi vecino que siendo él joven abandonó España porque no podía vivir en un régimen rodeado de tantos lameculos. No le importaba tanto el régimen en sí, que él, aunque contrario a las dictaduras, no entraba a valorar las bonanzas o maldades de los políticos.

No. A él, e insistía repitiéndolo una y otra vez, lo que entonces le molestaba era el carácter servil de tanta gente que por menos de un plato de lentejas danzaba y hacía el pino con tal de contentar a su patrocinador, ese que tal vez, a lo mejor, quizás, podría proporcionarle un puestecillo, y si no, al menos dedicarle una sonrisa.

Y ahora, decepcionado, hastiado más bien, decía que se volvía a marchar por el mismo motivo, por la servidumbre de que se han rodeado los políticos.

Pero ahora, a diferencia de entonces, además de mirar con desprecio a los que van mendigando una limosna al poderoso, es decir al político, no soporta la prepotencia de éste que, malvado por arroparse con la bandera de la democracia, propicia el mismo tipo de servidumbre.

VULNERABILIDAD

Aunque no lo creamos, el hombre sigue siendo hoy tan vulnerable como lo fue siempre, y creo sinceramente que llegar a edades avanzadas es un verdadero milagro.

Es cierto que el progreso nos ha hecho creer que estamos inmunizados ante cualquier peligro, pero no es así, porque el confort que disfrutamos, al menos en los llamados paísese industrializados, es un gran avance respecto a cómo se vivía antaño, y también, lamentablemente, a cómo se vive todavía hoy en muchos lugares del planeta, pero eso no quiere decir que no penda el riesgo sobre nuestras espaldas. Constantemente.

Los avances que ha hecho la sociedad en salubridad, sanidad, formación y otras muchas áreas, nos aporta muchas garantías de salir airosos de muchos contratiempos, pero al igual que tener el coche asegurado en condiciones muy completas no nos garantiza no tener un percance, tampoco los adelantos que disfrutamos nos aseguran que no podamos tener tropiezos serios.

En última instancia es el hombre quien, habiendo perdido el sentido del riesgo, causa su propia destrucción.

(En memoria a las víctimas de Castelldefels)

Y TÚ MÁS

Lo que estamos viendo cada día y desde hace mucho tiempo, es algo que si lo miráramos con detenimiento nos sonrojaría. Me refiero a la posición que toma el gobierno frente a la oposición.

Eso del tú más ha dado sus frutos. La oposición ha mordido el anzuelo, y la ciudadanía otro tanto de lo mismo.

Y es que como analizamos poco y recordamos menos, nos hallamos en un constante presente cargado de titulares sin tregua para digerirlos, de tal suerte que sólo importa el golpe de efecto del titular. Estrategia que han entendido muy bien los miembros del gobierno que, puesta en práctica con maestría, han conseguido que los ciudadanos pongamos al mismo nivel al gobierno que a la oposición.

Y no es así. El gobierno es quien toma las decisiones y la obligación de la oposición es fiscalizar el proceder de aquel, principio que con esa estrategia del tú más, hemos olvidado.

FORTUNAS OCULTAS

Nos anuncian que hacienda sabe de unas tres mil personas que en conjunto han eludido al fisco unos diez mil millones de euros.

Y ha faltado el tiempo para que varias voces se hayan apresurado a exigir a hacienda que haga públicas las listas de esos supermillonarios.

Creo que hacienda haría bien publicándolas, porque en caso contrario, como la imaginación vuela, rápidamente comenzaremos a meter en el mismo saco a muchos que, inocentes ellos, no han evadido ni un solo euro.

Ahora bien, tendremos que reconocer que aún así, la posibilidad de errar en nuestro juicio será mínima, porque nuestras sospechas estarán dirigidas a personajes concretos, políticos, banqueros, nombres de familias ilustres... y en quien nuestra imaginación jamás pondrá su atención será en ese albañil, u otras profesiones duras, que normalmente trabajan de sol a sol y a duras penas le llega el salario a final de mes.

Y mucho menos nos fijaremos en aquellos que hace tiempo dejaron de percibir el paro y se van arreglando más mal que bien con chapuzas...

Cierto que todos intentamos ocultar cifras al fisco, pero hay cifras y cifras. Y las grandes cifras solo pueden ser achacables a las grandes fortunas. De Perogrullo, ¿no?

JUNIO, LA RENTA

Como cada vez son más los que reciben devoluciones de hacienda porque las retenciones son elevadísimas, ahora, al contrario que en tiempos pasados cuando la declaración de la renta nos desplumaba, ya no somos tantos los que sufrimos cuando llega junio.

No, ahora, el temor es que hacienda te pille ese desliz que por "descuido" te olvidaste de anotar, y entonces pasar a esa larga lista de defraudadores. Insolidarios los tildan los periódicos.

No estoy muy seguro de si es justo criticarlos, simplemente porque no hacen más que los que mueven los capitales públicos y... bueno, ya sabemos.

Claro que si criticamos a estos últimos, justo sería criticar también a los primeros. Pero aquí aparece la injusticia de las comparaciones, porque por muchas razones, no es comparable la corrupción de los unos y la de los otros. Siendo toda corrupción rechazable.

Pero, justificable podría ser el proceder de los insolidarios, cuando lo único que hacen es tomar ejemplo de los hombres que están para dar ejemplo.

ESTADISTICAS

Seguro que usted también habrá oído aquella estadística del medio pollo, ¿verdad? Bueno, pues ahora nos vienen en que los españoles somos más ricos que la media europea.

Lo dice la estadística, y cuando me lo cuentan no puedo evitar una sonora carcajada. Por no llorar, claro.

Y seguramente será como lo dicen, por lo que no seré yo quien lo discuta. Ahora bien, los que publican noticias como esta podrían tener un mínimo de delicadeza, porque al igual que cada español no comía medio pollo por mucho que lo dijeran las estadísticas, en España hay mucha pobreza y mucha gente que lo está pasando muy mal, y noticias como estas se pueden interpretar como una descarada burla.

Y peor aún, si tenemos en cuenta que mucha de esa gente que no sabe si podrá comer mañana, es que ni esperanza tiene de encontrar a corto plazo un trabajo que le permita salir cuanto antes de esa encrucijada en la que se encuentra atrapada.

Como para que le digan que forma parte de un club selecto.

JUNIO Y LAS CALABAZAS

Finales de junio, el mes de las calabazas. Otra vez el fin de curso.

Me contaba mi vecino, hombre mayor él, que siendo joven la imagen de este mes era un joven con dos calabazas huecas atadas a la cintura a modo de flotadores y entrando en el mar. De lo que deduzco que eso de los suspensos no es cosa exclusiva de la actualidad.

Y mi vecino se apresuraba a explicarme que efectivamente, los suspensos es cosa de antiguo. De hecho, desde que existen exámenes.

Lo que ocurre es que cada época tiene sus propias tendencias, seguía diciendo mi vecino. El castigo para esos malos estudiantes de entonces, además de fuertes reprimendas de los padres, era pasarse las vacaciones estudiando. Muy al contrario de lo que vemos en la actualidad que, con esa permisividad que reina en la sociedad, tanto el alumno estudioso como el que se duerme, tiene aseguradas las vacaciones.

Con esta explicación, ahora comprendo por qué ya no se representa al estudiante con dos calabazas atadas a la cintura para poder flotar.

LOS ASESORES

¿Sabremos algún día quién fue el asesor que hace apenas un par de años le hizo creer a nuestro presidente que en cuestión de finanzas íbamos por delante de Italia y pronto rebasaríamos el nivel de Francia?

Es cierto que el responsable de sus meteduras de pata es el propio presidente, pero un nefasto consejero que deja en ridículo al presidente, y no solo una vez sino repetidamente, no merece el cargo y debería irse o ser despedido de inmediato.

Queda la duda de que no exista el tal consejero y solo el presidente sea quien de propia voluntad y capacidad lanza sus tantas veces desventuradas afirmaciones, aunque yo me inclino más a creer que no, por la simple razón que teniendo a su servicio esa monstruosa plantilla de asesores, me imagino que entre ellos habrá un departamento para preservar la imagen del presidente.

Oiga, y si en última instancia es el propio presidente quien toma la iniciativa haciendo caso omiso de los consejos de sus asesores, o sobran éstos, o sobra él.

EL MUNDIAL

España ha perdido frente a Suiza. El gran descalabro, según ya se puede leer y escuchar en los medios de comunicación. Una tragedia nacional.

Es posible que también sea ese el ambiente que se respira en las tertulias de los bares, en las fábricas, en las oficinas, en la mayoría de los hogares, como si en ello nos fuera la vida.

Por unos días, tal vez semanas si la suerte del equipo nacional no mejora, el país entero, consternado y afligido no hablará de otra cosa, como si de ello dependiera nuestro bienestar.

Es el mundial de fútbol. Es el circo que nos hace olvidar la verdadera tragedia.

Mas, ¿es la tragedia para todos por igual, o solamente va por barrios? Porque supongo que para esas familias cuyos últimos recibos han sido devueltos sin poder hacer frente a su pago, y por si fuera poco, las espectativas de pagar los que están a punto de vencer son nulas, ¿hasta qué punto les afectará el hecho que el equipo nacional gane o pierda? ¿mitigará o aumentará su desesperación por ello?

Es triste tener que reconocerlo, pero, como casi todo en esta vida, el circo y la tragedia nunca es igual para todos, y la soledad de los que lo están pasando mal, esa es la verdadera tragedia.

LA GREY Y SU PASTOR

Toda Grey necesita de un buen pastor, y si éste no lo es y encima anda perdido, las ovejas se desorientan y acaban marchando cada una en una dirección distinta.

Y como la frase es extensible a todo tipo de rebaños, ahí nos vemos los españoles errando de un lado para otro, confusos y perdidos sin tener un norte claro.

Me recuerda a aquel desastroso concierto en el que el director, repentinamente enajenado, daba la entrada a los violines cuando era la hora de entrar los instrumentos de viento, y los músicos, desorientados, sin saber qué hacer... bueno, pueden ustedes imaginar la pitada y el escándalo que se originó.

El hombre, aunque algunos se empeñen en afirmar lo contrario, también quiere ver energía y autoridad en quien le dirige, y quiere verle dando pasos seguros. No quiere ver que va dando bandazos, ni quiere un enclenque como jefe, y aprecia su bondad y su buenismo cuando el caso lo requiere, pero también la coherencia y la firmeza.

Y si no alcanza a tanto, que se busque otro trabajo.

LA MUJER

Me contaba una vez un conocido muy mayor que en su juventud ciertos hombres tenían la costumbre de reunirse en una esquina con el fin de ver pasar a las mujeres y observar cómo el viento arremolinaba sus faldas dejando al descubierto los tobillos.

No hace tantos años de ello, lo que significa que en este campo el progreso ha viajado a considerable velocidad. Lástima que en otros campos no haya mantenido el mismo ritmo. Pero eso es otra cuestión.

Actualmente la anécdota sería tan insignificante que comentarla sería hacer el ridículo. Y no obstante, a mí me hace reflexionar. Por ejemplo: hasta hace poco los hombres se perdían por ver un poco más allá del tobillo de una mujer, mientras que actualmente "parece" que las ven casi desnudas y no hacen caso de ellas.

Pero, ¿es eso cierto? ¿O es que los hombres tienen el concepto que si miran a la mujer con detenimiento los van a tildar de paletos?

Y por otra parte, ¿se cubren ellas cada vez con menos tela para que las miren? Y si es así, ¿por qué se muestran ofendidas? ¿O solamente desean mostrar pero que nadie las mire? Oh, qué asunto tan complejo.

Como la mujer misma.

DESLICES

En algún momento dado, un ministro ha dejado caer aquello de que "mucho se queja la gente, pero los fines de semana las carreteras y los restaurantes están a rebosar". Incluso creo que la expresión ha sido mencionada en más de una ocasión.

No les falta razón a estos agudos personajes. Lo decimos todos cuando nos vemos en un atasco o cuando el sábado buscamos restaurante y no es fácil encontrar mesa libre.

Ahora bien, que lo exprese un miembro del gobierno cuando sabe que tenemos a unos cinco millones de parados y otros cinco en la cuerda floja, y un sin fin de pensiones que apenas alcanzan para mal vivir, es cuanto menos una falta de conciencia.

Claro que no todos temen por su salario. Y por supuesto que hay muchos que viven a cuerpo de rey. No tenemos más que mirar a todos los cargos políticos, gubernamentales, comunales, y esa infinita lista de ayuntamientos cuyos ediles y adlátares disfrutan de ingresos abultados, desorbitadamente abultados, como única razón para ello su propia voluntad, para convencernos de que no todos lo están pasando mal.

Pero que los miembros del gobierno hagan declaraciones que demuestran que los parias no cuentan para ellos, es miserable.

ESCASA EDUCACIÓN

Mi abuelo siempre me decía que hablar con la boca llena es de mala educación. También interrumpir a alguien cuando está hablando.

Y me decía muchas más cosas que no se deben hacer o decir, pero como hoy quiero centrarme en esos dos puntos mencionados anteriormente, dejaremos los otros para mejor ocasión.

Eran reglas de otros tiempos. También válidas en la actualidad, por supuesto, pero de tanto infringirlas nos hemos acostumbrado y ya no prestamos atención.

Porque eso de hablar con la boca llena es el pan de cada día. ¡Cómo no ha de ser así, si hasta los negocios se hacen en la mesa! Y aunque no sea una comida de negocios, comer y hablar al mismo tiempo, dado que éste escasea tanto, es habitual. ¡Hay que sacarle rendimiento al tiempo!

En cuanto a interrumpir al orador es otro tanto de lo mismo. Aunque aquí no es cuestión de tiempo, sino de nervios. Nos falta la paciencia y queremos que quede clara nuestra opinión, sin ocuparnos demasiado de la del otro. Tal vez sea que tampoco sabemos escuchar, y por eso vamos a lo nuestro e interrumpimos.

La mejor muestra de ello son precisamente los que deberían dar ejemplo: los periodistas. Los tertulianos de la radio que se interrumpen constantemente y hablan tres o cuatro a la vez.

¡Qué mal ejemplo!

LOS EMPRENDEDORES

Como el gobierno tiene necesidad de nivelar su balanza de pagos, para conseguirlo la ha tomado con los más débiles, medida que al parecer no es suficiente. Por eso las nuevas medidas son esquilmar, no a los que más ganan, que esos saben nadar y guardar la ropa, sino a los que por su trabajo más ingresan.

La excusa de tales medidas es el consabido principio de equidad, que si fuera cierto sería justo. Pero no es así, porque hasta ahora no se habla de abolir esos gastos astronómicos y a la vez superfluos que genera la propia administración. "Justicia, pero no por mi casa" - decían antes.

Con esas medidas lo que se consigue es restar estímulo al emprendedor, que encima es tachado de explotador, expresión que ahora se oye menos en la calle, pero que todavía continua en la mente de muchos.

Los que tuvimos ocasión de viajar por los países del Este antes de la caida del famoso muro, pudimos comprobar a lo que conduce esa falta de estímulo. Al principio la lenta desaparición de iniciativa del individuo, y posteriormente a que todo gire alrededor del gobierno, mientras la población se va empobreciendo.

Una prueba para los incrédulos: lo que se decubrió tras el muro. Y lo que comprobamos, todavía hoy, en esos paraisos donde todo lo que se hace es por el bien del pueblo.

A TORO PASADO...

Es cierto, son muchos los profetas del pasado. Son todos esos que cuando sucede lo que se venía venir vociferan y gritan que ellos ya lo advirtieron.

Tengo un conocido que es un experto en estas cosas. Una de sus experiencias más recientes y que ha vivido en sus propias carnes es la de los sellos, donde ha perdido una suma considerable de dinero. Recuerdo que no dejaba de repetir que unos intereses tan elevados en algo tan poco tangible no podía tener buen fin.

Y cuando estalló la alarma gritaba como un poseso: "Ya lo decía yo". Aunque nada hizo por salvaguardar su capital. Tal vez el motivo no fue otro que ante unos intereses tan sustanciosos la avaricia cegó sus premoniciones. O lo más probable es que no estaba tan seguro.

Sobre lo que está sucediendo actualmente con este gobierno a la deriva, intuyo que sucederá otra tanto de lo mismo, porque cuando llegue su fin aparecerán todos esos que hoy están a verlas venir, para gritar que ya lo sabían, que lo habían dicho en repetidas ocasiones, que estaba cantado, que era una cuestión de tiempo... y muchas otras cosas por el estilo.

Aunque, hoy por hoy, como también es posible que no suceda como parece que tiene que suceder, esperan, y si así fuera, de ésto no se volvería a hablar.

Las advertencias toman forma cuando acaece lo advertido. Jamás antes. Y a toro pasado todos podemos ser profetas.

VIDAS AMARGADAS

A veces hace falta que alguien nos dé un mazazo en la cabeza para que retornemos a la realidad. Y es que, egoístas como somos, nos encerramos en nuestra concha de nácar y ahí termina nuestra visión del mundo.

Viene esto a cuento a raíz de lo que me contaba el otro día un vecino. Y me lo decía casi con lágrimas en los ojos, avergonzado por el descuido que durante años había tenido con su hermano.

Cuando se casaron sus vidas tomaron rumbos muy distintos. Uno en una ciudad y el otro en otra con bastantes kilómetros de por medio. Y a medida que pasaban los años la posición de mi vecino mejoraba a pasos agigantados: tres casas, tres coches, largas vacaciones por medio mundo... y todo esto sin que pasase un día que no se acostara sin clamar al cielo con las más diversas lamentaciones. Un amargado, vaya.

Hasta que un día vino su hermano a visitarle y le contó las miserias por las que estaba pasando. La mujer postrada en cama desde hacía más de diez años. El hijo mayor con sida, por un error en el hospital. La casa embargada. Él teniendo que trabajar de sol a sol para poder malvivir...

Cuando me quedé solo pensé que no era solamente el remordimiento de descuido lo que acuciaba el ánimo de mi vecino, sino la vergüenza de sus lamentaciones a pesar de su vida confortable.

DECADENCIA

Nos cuentan los mayores que en su juventud escuchaban en la escuela algo así como que Dios había puesto sus ojos en España regalándonos a los españoles un clima donde el campo podía abastecernos con holgura. Y a continuación esas voces añadían que para conseguirlo había que trabajar, porque a las bienaventuranzas del Supremo había que ayudarlas.

Y con ese esfuerzo llegamos al bienestar. Y seguidamente a olvidarnos que habíamos sido pobres. E inmediatamente después a creernos que esa vida placentera que disfrutábamos no tenía fin.

¿Y qué otra cosa no es el bienestar sino esforzarnos poco? Y ahora, tras las horas de holganza, llegamos al declive.

¡Ah! Pero, ¿quién es el atrevido que acepta haber iniciado la pendiente de la decadencia?

No nos extrañe, pues, que todavía vayamos por la vida intentando ocultar nuestras miserias y dándonoslas de señores sin premuras económicas.

Claro que, a lo peor, esa actitud no es del todo mala, si pensamos que la situación actual aún es aceptable frente a lo que todavía nos queda por ver.

ABOGADOS

Mi abuela, para definir a los abogados, siendo yo muy pequeño me contaba un hecho que, según ella, presenció en su juventud. Dice así:

En un litigio sobre la herencia de una vaca, acudió al abogado una de las partes, y después de escuchar la posción del demandante, el abogado le despidió con muy buenas palabras: "Descuide usted que la vaca será suya".

Podos días más tarde acudió a su consulta la otra parte litigante, y tras haber escuchado sus exigencias, el abogado también le despidió con muy buenas palabras: "Descuide usted que la vaca será suya".

La mujer del abogado que había escuchado ambas respuestas, le preguntó: "¿Cómo vas a hacer para que la vaca acabe en manos de una y otra parte a la vez?

"No te preocupes por eso, porque la vaca acabará siendo tuya".

Mi abuela repetía que ella había presenciado esa pequeña historia, aunque yo comprndería que usted pensara que es un tanto exagerada.

RELIGIONES

Desde que la iglesia dejó de caminar de la mano del gobierno, otras religiones han comenzado a proliferar entre nosotros con gran profusión, y alguna de ellas acogida hasta con rran veneración.

En nuestro hogar se han introducido, principalmente, pensamientos orientales, y se me ocurre pensar si será debido a aquello que se decía antiguamente de que el santo, cuanto más lejos más milagros hace.

Son pensamientos que nos llegan muy confusos, más que nada porque se entremezclan y uno acaba por no saber si son filosofías, creencias religiosas, normas de vida sana o simplemente formas de vida.

Y creo que nos está pasando como a los antiguos pueblos de suramérica que pronto aceptaron las creencias religiosas que les impusieron los colonizadores, sin dejar, no obstante, las suyas propias, resultando de ello una mezcolanza un tanto folklórica.

Porque es curioso lo que sucede actualmente en nuestro entorno con esa mística hacia lo oriental, que algunos hasta llegan a confesar que su vida se rige por esas normas mucho más cercanas al espíritu y bla, bla, bla, y al mismo tiempo celebran el día de Reyes, o la Pascua de Resurrección, con todos los requisitos que marca la tradición.

LAS VACAS FLACAS

Los españoles, que presumimos de descuidados en cuanto a asuntos políticos se refiere, decimos que como de esas cosas no entendemos, mejor mantenerlas alejadas. Aunque eso no impida que continuamente estemos renegando del gobierno, de lo mal que lo hace, y de que no deja de sangrarnos.

A mí me parece que esa actitud de inhibirse de la política, y al mismo tiempo criticar a los políticos, es una contradicción que esconde la realidad de nuestro pensar. En el fondo, lo que nos sucede es que no creemos en los políticos porque la imagen que baila en nuestras pupilas es que son nuestros verdugos, y por ende nuestros enemigos. Pensamos de ellos que solo miran por sus intereses, y que jamás se han ocupado del pueblo.

Bastante realidad hay tras esos pensamientos, y mientras las vacas eran gordas pocos se han parado a pensar que los prados se secan y las vacas se tornan flacas.

Ahora entramos en esa nueva era, y los españoles tendremos que asumir que somos más pobres, y por consiguiente vivir con penurias. Y seguiremos criticando a los políticos, aunque con una diferencia a los tiempos de bonanza. Ahora querremos hacer política, y si es necesario por la fuerza.

Extremados, como siempre.

INDEMNIZACIÓN

Están en juego las nuevas condiciones de los trabajadores, y dentro de ellas, de lo que más se habla en estos días es del abaratamiento del despido. Como si de ello dependiera la salud económica de España.

¿No sería más saludable hablar de extinguir los contratos blindados de los tantos altos ejecutivos que pululan por el país? Es posible que si se anularan esos costosísimos contratos no haría falta hablar de los costos de los despidos de los trabajadores.

Pero volviendo a la salud económica de España. Lo que hace falta es infundir más interés en la eficacia del trabajo que esa miseria que se ofrece por no trabajar.

Porque parece que lo que se persigue es aquello que se decía hace bastantes años: "no pagan mucho, pero tampoco te exigen gran cosa" - y con tal de no hacer gran cosa los había que se daban por satisfechos con un salario de pobreza. ¿Qué aspiraciones son esas?

Mala planificación la de un gobierno que promueve ingresos de miseria, y peor que los trabajadores los acepten aún a costa de no hacer nada.

Porque, ¿acaso se ha hecho alguien rico con los ingresos de la indemnización?

LOS SUEÑOS

La señora no se reconocía como visionaria, y así lo confesaba ante sus seguidores, asegurando que se limitaba a comentar sus sueños.

Sin embargo, muchos la veneraban casi como un sacerdotisa por la cantidad de pronósticos que acertaba. Pero otros opinaban que solo era una charlatana, precisamente porque de todo lo que decía, sólo alguna vez, extrañamente, la casualidad venía a coincidir con sus premoniciones.

No obstante, esa punga que se había creado a su alrededor, hacía que su fama no menguara, sino que creciera aún más.

Un día sorprendió a su auditorio situándose en la España de 2015, describiendo un panorama que algunos de los presentes, muy mayores, algunos incluso más que ella misma, reconocieron como algo ya experimentado.

La pitonisa hablaba de la escasez de artículos de primera necesidad, y de las largas colas para comprar el pan de cada día. Hablaba también del miedo a expresar en voz alta sus opiniones, especialmente si éstas iban en contra del gobierno. Y añadía que la pobreza se había instalado en grandes sectores de la sociedad, y que solamente a unos pocos parecía no afectar, casualmente a esa casta que en los últimos años había emergido alrededor de la política.

Pero ya sabemos, dijo ante las caras de consternación que vio ante ella, que los sueños, sueños son.

LA CASTA

Estamos en plena temporada del IRPF, ese invitado que cada año se nos cuela en casa sin llamarlo y nos recuerda que los políticos también viven y que de alguien tienen que vivir.

Por mi parte siempre he defendido que los impuestos son necesarios si queremos que nuestro país se mantenga en esos puestos de primera línea que a todos nos gusta presumir cuando de compararnos con los vecinos se trata.

Pero, qué desencanto cuando uno se entera que precisamente los que mejor viven son los que menos colaboran. Me refiero a la casta, sí, esos intocables que además de disfrutar de unos ingresos que avergüenza a los humildes, su aportación a las arcas de Hacienda es pírrica.

Y no contentos con cobrar sueldos astronómicos, se distribuyen además una serie de añadidos, que sumando doblan el salario, o lo triplican. Amén de prebendas, ventajas, regalos, influencias, colocación de familiares, amigos, adeptos... un rosario inacabable de beneficios que, casualmente, siempre caen en casa.

Con tantos privilegios, pues, como disfruta la casta, es fácil entender que a algunos de los humildes, no solamente se les encienda la sangre, sino que procuren ocultar pequeñas partidas al fisco.

ANTIGUO NO ES VIEJO

Es tan obvio que el hecho de reseñarlo parece ridículo, porque si digo que estamos sumidos en una crisis de caballo, todo el mundo sabe que no es ninguna novedad. Aunque las crisis, como otras muchas cosas entre los humanos, no son igual para todos.

Y no estoy pensando en cuestiones económicas, que es lo que más siente el contribuyente, no. Estoy pensando en esa otra cara del desastre que muchos ni se dan por aludidos. Es la crisis moral que soterradamente nos está minando el suelo, y el día que despertemos nos encontraremos un entorno desconocido por completo.

Al gobierno actual no le han salido las cuentas y su programa se le ha ido de las manos, mas no obstante, con más cara que espalda y a saltos de mata, contra viento y marea irá sacando adelante su objetivo, que no es otro que deshacerse de nuestras tradiciones milenarias, en la creencia - debido a su ignorancia, claro - que todas ellas son rémoras del franquismo.

Es la visión que suelen tener aquellos que lo desconocen todo, que intrepretan que el modernismo consiste en romper con el pasado por viejo. Igual que en los primeros albores del bienestar que comenzamos a quemar artículos antiguos confundiéndolos con viejos.

DIFERENCIAS GENERACIONALES

Seguramente es cosa de los mayores. No lo sé, pero es la conclusión que saqué cuando el otro día oía decir a un anciano una frase un tanto despectiva de una pareja de jóvenes que se besaban en el autobús.

El hombre criticaba la acción, también por el poco recato de los jóvenes de llevar a cabo un acto según él, íntimo, en sitio público. Pero lo que a mí me llamó la atención, precisamente porque era en lo que más insistía, fue que hablaba de niños de quince años, cuando yo creo que aquellos jóvenes tendrían los veinticinco ya cumplidos.

Y digo yo que será cosa de mayores, porque supongo que habiendo llegado a los ochenta años de edad, debido a la distancia que les separa de la juventud, probablemente sea difícil distinguir una niña de quince de otra de veinticinco.

Después me fijé en algunos casos y, no todos, desde luego, pero sí existen jóvenes, especialmente las chicas, que no habiendo alcanzado los quince años - seguramente por aquello que cuando se es joven se quiere ser mayor - hacen todos los posibles por aparentar los veinticinco, pero que, no obstante, si te acercas un poco, y si estás en la onda, enseguida detectas la realidad.

Aunque, a lo mejor, tantos años después desde su juventud y habiéndose olvidado de su época, la perspectiva de muchos mayores en cuanto a la valoración de la edad y proceder de los jóvenes actualmente, se pierda en un mar de confusiones.

¿DIMITIR?

Horst Köhler, presidente de la República Federal de Alemania, ha dimitido por la mala acogida que tuvieron unas declaraciones suyas sobre la defensa de los intereses de Alemania que ejercen las tropas alemanas en el extranjero.

Por estos lares de nuestra querida España, tal decisión ha levantado un revuelo de sorpresa y asombro extraordinarios. Nadie lo puede entender. Acostumbrados a mentir, contradecirse, rectificar, negar lo evidente, vilipendiar al adversario, levantar falsos testimonios y mucho más sin sonrojarse, y después irse todos juntos a tomar unas copas como si todo eso fuera normal, lo de este hombre se sale de los límites de su comprensión.

¿Quién era este gili que por una memez deja el puesto? Se preguntan todos ellos, alarmados por tal estupidez.

Y añaden, orgullosos ellos, que estos atrasados del norte que no saben disfrutar de la vida, deberían aprender de nosotros, y que deberían venir a España donde los políticos no somos tan incautos como para dejar un chollo con sillón, coche y chofer por una bagatela.

LAS MINORÍAS

Las minorías se han crecido y ahora solo reclaman la deuda que la sociedad tiene con ellos. Pero, ¿qué deuda es esa? Muy fácil, cada uno se toma la suya.

Supongamos el ciclista que se permite rodar por la senda de los peatones, molestando a todo quisqui y... no le recrimines la acción porque igual te suelta una torta, porque él tiene sus derechos.

La anécdota se adapta a un sin fin de supuestos. Pensemos, sin más, en las mujeres maltratadas, los de la pensión mínima... la lista de los que reclaman es interminable.

Son grupos que sufren el descuido que la sociedad ha tenido con ellos durante muchos años, es cierto. Abusos verdaderamente injustos... de unos pocos, y que ha servido para que los pillos se aprovechen para exigir sus derechos. Derechos que muchos de los que gritan nunca han visto menguados, pero que no pierden la ocasión de sacar tajada. A río revuelto...

Lamentablemente somos una sociedad de pícaros, que sin miramientos ni remordimientos, llegado el momento no dudamos de sacar provecho de la desgracia de los que sufren.