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domingo, 28 de febrero de 2010

AL DIA

Desde hace unos cuantos años venimos escuchando a los exaltados sobre la decadencia de la televisión con tantos programas basura, cuyas únicas enseñanzas que nos transmiten son de la más baja estofa.

Bien, supongo que será así, pero, qué le vamos a hacer, es lo que tenemos. No vamos a pedirle peras al olmo, del mismo modo que no vamos a pedir a los personajes, los que vemos en la pequeña pantalla y los que quedan ocultos detrás de ella, que nos enseñen dotes culturales cuando no las poseen.

No nos engañemos, ni nos enfurezcamos por tener que mirar esa bazofia,(a fin de cuentas los mira quien quiere), porque en definitiva lo que nos enseñan no es otra cosa que nuestro reflejo, nuestro propio retrato. O sea, son el pueblo, el mismo al que pertenecemos. Y no seamos hipócritas, no critiquemos lo que tantos espectadores se regodean mirando diariamente.

Mi amigo Roque lo tiene muy claro. Si fueran muy pocos quienes mirasen esos programas bazofia, dice él, se eliminarían por sí solos.

Y añade mi amigo. Es lo mismo que sucede con las prostitutas, que si no tuvieran clientes no podrían subsistir.

Por lo tanto no echemos todas las culpas al mismo.

AL DIA

Es difícil definir el día exacto del cumpleaños de esa galopante crisis que actualmente nos entristece, nos preocupa y nos angustia. Según unos ya hace tiempo que se cumplieron los dos años. Otros en cambio, dicen que eso es exagerado, mientras que algunos siguen diciendo que ellos no acusan nada de una crisis.

Estos últimos son, generalmente, políticos. Ellos viven por encima del bien y del mal, ajenos a los males que afectan al vulgo. Lo que no quita que salgan a escena a representar la comedia.

Y como no conocen la crisis, tampoco creen en ella, ¿cómo van, entonces, a hablar en serio cuando hablan de acotarla y poner remedio?

La comedia, que para muchos es más un drama, se convierte en un marear la perdiz, o sea, a usted y a mí. Se levanta el telón y aparece un papagayo que de modo fugaz exclama una chorrada. Y enseguida desaparece de escena para inmediatamente aparecer un loro que dice lo mismo pero matizándolo. O lo que es lo mismo, dice lo contrario.

Entretanto van pasando los días, los meses, los años, unos viviendo tan bien como el primer día, y además, con asombro de que alguien hable de crisis, y otros, que lo tienen cada día más negro, luchando para que la angustia no les corte la respiración.

Algunos de éstos todavía exclamarán: "Pobres políticos, con lo que se preocupan por los trabajadores y aún les critican".

Así nos va.

viernes, 26 de febrero de 2010

AL DIA

El supremo Gaddaffy en nombre de Libya ha declarado la guerra santa a Suiza por haberse negado ésta a la construcción de más minaretes.

Ya sabemos lo que significa la guerra santa en boca de un islamista. El estadista no irá personalmente a incordiar ni amedrentar a los suizos, sino que ha dado la consigna para que otros, los que esperan entrar pronto en ese paraíso plagado de huríes, lo lleven a cabo por él.

De todos modos, algo me chirría en los oídos, y es que esto de guerra santa me trae a la memoria épocas medievales, cuando los cristianos ganaban sus méritos marchando hacia Jerusalém.

¡Con lo que ha llovido desde entonces!

Ahora bien, ahí tenemos a Suiza, una nación con menos población que algunas regiones españolas, aguantando el tipo sin amedrentarse.

Otra nación europea de similares dimensiones que Suiza, como es Dinamarca, también se encuentra en el punto de mira de esos que aún continuan en la edad media.

Y el resto de europeos alimentando a la bestia, ora subvencionando proyectos humanitarios (militares en ocasiones), ora acogiendo más población musulmana de la que Europa puede digerir.

Con una simple regla de tres podemos saber exactamente el día que serán más los musulmanes en Europa que los propios europeos. O sea, si hace treinta años apenas se les conocía y hoy son más de 55 millones...

Esta vez la invasión no se limitará a Al Andalus... y los políticos como si lloviera.

AL DIA

En los transportes públicos los conductores de autobuses tienen una norma que, al menos a mí, me saca de quicio. Y supongo que será una norma que impone la compañía, porque todos actúan del mismo modo.

Sucede en las cabeceras de trayecto. Llega el autobús, descienden los pasajeros y el conductor cierra las puertas y, o bien se queda en su asiento y lee el periódico o se baja a estirar las piernas o se entretiene hablando con algún compañero.

Hasta ahí, nada que objetar. Lo que ocurre es que entretanto se ha formado una cola que espera subir al autobús y que, naturalmente, con las puertas cerradas no tiene más remedio que esperar.

Y allí tiene usted a diez o veinticinco personas, de pie, pasando frío, o soportando la lluvia, o el sol, esperando que el conductor tenga a bien abrir las puertas.

Tal vez haya una explicación a esa falta de atención al viajero, pero a mí no se me ocurre ninguna. Y no porque no lo haya intentado, pero por muchas vueltas que le doy no llego a entenderlo.

Lo único que se me ocurre es que con esa actitud la compañía demuestra un gran desprecio al cliente, porque, ¿hay algún inconveniente en que los viajeros ocupen sus asientos en vez de tener que esperar de pie tres, cinco u ocho minutos soportando las inclemencias del tiempo?

jueves, 25 de febrero de 2010

AL DIA

A veces me conmueve oír decir a los políticos que trabajan para el ciudadano, para el bien del pueblo. Eso lo dicen en épocas preelectorales, principalmente.

No cabe duda que intentan hacernos creer que ellos están siempre al sevicio del ciudadano y trabajan con el pensamiento puesto en nuestro bienestar.

Seguramente le sucede a usted igual y también se conmueve ante tanta prodigalidad.

Pero a mí, se lo digo sinceramente, todo eso me parece una burda farsa, y que ni intención tienen de cumplir lo que dicen. Y buena muestra de ello la encontramos en los detalles cotidianos, y es que una cosa es la política de las altas esferas y otra muy diferente la de barrio. Intente usted, si no, acercarse a una de esas oficinas del estado, ministerio, ayuntamiento o similar, como persona llana del pueblo, sin tener un pariente, un amigo o un conocido que le pueda pasar por la puerta de personal y facilitar los trámites, y verá usted en qué se convierte la amabilidad prometida.

Le recomiendo que vaya preparado con algún calmante para los nervios en el bolsillo, que le hará falta. Y no solamente por las horas de espera, más aún por el trato.

Y tal vez esos políticos no nos quieran mentir cuando, despeinados y acalorados, nos prometen bienestar y otras muchas venturas, porque seguramente ellos interpretan que lo suyo, su labor y su profesión, es eso, hablar, prometer, entretener al populacho. Y en eso, hay que reconocerlo, han cumplido.

¿Ejecutar lo prometido? Preguntará asombrados si se les plantea la cuestión ¡Pero qué exigente es la gente! Es que lo quieren todo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

AL DIA

REALIDADES
Manifestación en Madrid contra la ley del aborto: aproximadamente un millón y medio de asistentes.

Convocatoria para frenar las propuestas del gobierno de trabajar dos años más antes de la jubilación: aproximadamente nueve mil personas.

SUPUESTOS
Por la masiva asistencia en el primer caso se supone que el gobierno debería escuchar la voz de ese millón y medio de personas y rectificar en su propuesta. Lo mismo que ante la escasa oposición a su proyecto de alargar la vida laboral, debería seguir adelante con su plan.

CONCLUSIÓN
El gobierno, amo y señor, hace lo que le da la gana, y para demostrar su poder de decisión, escucha y sigue las indicaciones de esos nueve mil, mientras hace caso omiso, no escucha, y desprecia la voz de esos otros millón y medio.

Así nos va.

AL DIA

He visto una fotografía de la manifestación que tuvo lugar ayer en Madrid. Y, ¡qué quieren que les diga! El espectáculo me ha parecido patético, en primer lugar. También que era pobretón, por su escasa asistencia. Y por último he llegado a la conclusión de que más parecía un paseo que una reivindicación, que sería lo propio de unos sindicatos.

Estos habían convocado una manifestación para frenar los despropósitos del gobierno que exige de los trabajadores permanecer en activo dos años más antes de cobrar la jubilación.

Ese era el fondo de la reivindicación que, ante la poca asistencia a la convocatoria cabe pensar que el trabajador no tenía nada en contra de las propuestas del gobierno, y como es posible que sea así, entonces no cabe duda de que los sindicatos están en Babia. Es decir, que están lejos de la realidad. Lejos de las verdaderas preocupaciones del trabajador.

Se me ocurren algunos motivos más para que los llamados liberados no estuvieran ayer presentes en las calles de Madrid haciendo piña con sus jefes... El primero no es otro que, acostumbrados a no hacer nada, debió resultarles penoso y cansino hacer acto de presencia.

Es posible también que, conocedores de que la manifestación era una pantomima...

Pero, por encima de todo, y por eso me pareció patética la puesta en escena, es que estos organizadores todavía están con aquellas cantinelas de mediados del siglo pasado en las que se decía lo de la lucha de clases. ¡Pero, qué anticuados! ¿Acaso no se han enterado todavía de que aquella letanía quedó soterrada en mayo del 68?

Así nos va.

lunes, 22 de febrero de 2010

AL DIA

Viendo cómo "trabajan" los políticos, podríamos pensar que estamos otra vez en puertas de unas elecciones.

Al menos es lo que yo me pregunto casi cada fin de semana tras el mitin de rigor de cada domingo, porque de pronto me surge la duda, ¿serán pronto las votaciones? A juzgar por el tono que emplean estos profesionales de la intención, que no de los hechos, suena siempre a arrebato, como si se tratara de la última oportunidad antes de la ecatombe. Tal vez será porque están influenciados de los anuncios publicitarios. Digo yo.

Y cuando me percato que aún falta mucho tiempo hasta las próximas generales me pregunto si es que estos hombres no tienen cosas que hacer. Cosas de provecho, se entiende. Porque, ¿a quién quieren convencer repitiéndose continuamente? Y eso no es lo peor, sino que además de saber de antemano lo que van a decir es que también sabemos que de todo lo que dicen, repiten, aseguran, garantizan, prometen, después, digo, después no hacen nada de lo que han dicho. Trágico conflicto porque quedan como embusteros.

En cualquier caso, otra pregunta que aparece entre las muchas que tengo y que tanto me confunden, es la siguiente: ¿acaso no tenemos un parlamento donde se deben redimir sus visiones contrapuestas?

A veces lo dudo, créanme. Porque si existe ese parlamento, ¿qué necesidad tienen de hablarse a través de terceros, gritando para que el otro le oiga...?

...Que, naturalmente no le escucha... Quizás... ¿será por la lejanía?

sábado, 20 de febrero de 2010

AL DIA

A los políticos les importa enormemente la fachada. Bueno, como a los que no son polícitos, claro. Lo que ocurre es que a aquellos lo único que les importa es la fachada, y en consecuencia, nada el contenido.

Y eso, quienes mejor lo entienden son los progresistas. Por eso sus personajes se mueven tan bien ante las cámaras. Nadie duda del gancho que tienen posando.

Y está bien, ¿por qué no? Siempre se nos dijo algo así como que la cara es el espejo del alma. O sea, la presencia es importante... aunque con el tiempo la expresión se ha desvirtuado y se ha convertido en "lo más importante".

Lo que realmente se nos decía, y es lo que hoy pocos recuerdan, es que detrás de la apariencia tiene que haber un contenido. Y eso hoy se hecha en falta, en casi todos los círculos de la sociedad, comenzando por el político, porque, ¿le importa a alguien lo que dice nuestro presidente? Tal vez a unos pocos, pero al resto, qué más les da trece que treinta y tres.

Lo que más tira de la gente es "el gancho" que envuelve al personaje. Eso y cuatro frases grandilocuentes para que los forofos tengan munición para disparar. Y nada más. Con eso se ganan votos. Y eso es lo que cuenta.

Pobres los españoles que tenemos que acarrear con una clase dirigente que lo que más le preocupa es el aspecto, el envoltorio, y como no tienen nada más que ofrecer, eso es todo lo que recibimos.

AL DIA

Creo que lo dijo Kleiner: "la Humanidad está condenada a repetir sus errores". Tras una corta reflexión acabo opinando igual que él.

El tal Kleiner añadiría que eso es debido a la poca originalidad del hombre, y esa carencia le hace tropezar no dos veces en la misma piedra, sino una infinidad de veces. Porque además de la poca originalidad, al hombre también le escasea la memoria.

Viene todo esto a cuento por la frase que acabo de leer en el periódico: "Montilla establece la obligación de delatar a quien no rotule en catalán".

No sé a usted, pero a mí, repaso la frase y me dan escalofríos, simplemente porque encierra el principio del totalitarismo. El ciudadano, que desde ese mismo momento deja de serlo para convertirse en súbdito, está "obligado a delatar..."

Tengo claro que nos hemos olvidado de los tantos ejemplos que ciclicamente nos muestra la historia, algunos de ellos todavía soplándonos en el cogote.

Y la historia es siempre la misma. Se comienza con la recomendación de señalar a aquellos que no siguen las consignas del partido. A continuación es obligación delatarlos. Y se acaba por la denuncia generalizada, donde nadie está libre de ser espiado; donde hasta los hijos acaban delatando a sus propios padres.

Métodos que el dictador no deja de proclamar que es por el bien de la nación...

Les suena la música, ¿verdad?, ¿no? En ese caso nos tocará repetirla.

jueves, 18 de febrero de 2010

AL DIA

Y mira que ha llovido desde entonces. Pues, como si nada, porque estamos como en los tiempos aquellos que en la cámara se pasaban las sesiones discutiendo sobre el sexo de los ángeles.

Terminó el debate, sí, ¿y?... pues que estamos como estábamos. Me refiero a los sacrificados, a los que llueva o salga el sol seguimos arrimando el hombro para que no se desmorone el edificio, porque lo que son ellos, los púgiles del debate hoy tienen mucho en qué pensar; tienen asuntos sumamente importantes entre manos. Por ejemplo, y recurriendo a sus correspondientes asesores, repasar los certeros golpes asestados a su contrincante, porque, ya se cuidarán esos asesores palmeros de no mencionar error alguno. Podría ir con ello el empleo.

Son dos mundos, evidentemente: el de ellos y el nuestro; el de los políticos y el de los que les alimentamos. Ellos, satisfechos con el contundente resultado de su actuación, y nosotros preguntándonos, hoy como ayer, ¿qué hay de lo nuestro?

Era de esperar. Y si alguien había creido tener hoy el horizonte más despejado, es que es un inocente.

martes, 16 de febrero de 2010

AL DIA

La noticia, que parece anunciarse como algo edificante, a mí me parece de lo más obscena. Dice así: "Zapatero y Rajoy, encerrados cada uno en su despacho, preparan el cara a cara de mañana".

A mí se me ocurre pensar: "Mientras tanto, el barco sin capitán y sin grumete".

Pero, ¡qué bombo le dan a lo que debería interpretarse como una escena rutinaria! ¿O, acaso no tienen preocupaciones mayores? ¿Es eso en lo que emplean el tiempo? Pues, apañados estamos. Con la que tenemos encima, y tener que ver estas cosas.

Todo para que al día siguiente cada uno de ellos pueda gritar que ha nokeado al otro. ¿Será por vanidad?

Lo más seguro es que sus correspondientes asesores les hayan hecho creer lo importante de ganar por KO son los votos que ingresarán a su favor en las urnas. Vanas espectativas. ¿O es que aún no se han percatado de que el español tiene el voto decidido desde varias generaciones anteriores?

O tal vez ese duelo entre titanes sea un modo de demostrar a sus correligionarios, cada uno a los suyos, claro, que hacen algo.

Mientras tanto, el barco haciendo agua, pequeñas vías, pero constantes. ¿Les importará eso al capitán y al grumete?

AL DIA

Se habla estos días de desequilibrios económicos en el seno de la eurozona. Se añade, para más deshonra, ocultación de balances fiscales, o sea, mentiras, y de las gordas.

En fin, hace unos diez años, cuando con gran entusiasmo iniciamos el camino unidos por la moneda, hubo ya entonces quien se aventuró a pronosticar lo que ahora estamos viviendo: las diferentes velocidades.

Se ponía como ejemplo a Italia, más por su alegría y falta de seriedad, frente a los países situados más al norte. Claro que a España se nos miraba de reojo, y por supuesto, a quien no se tenía en cuenta era a Grecia, Portugal, y mucho menos a Irlanda.

En pocas palabras, aquellos pronósticos se han hecho realidad, aunque, al parecer, no totalmente exactos, principalmente porque las diferentes velocidades conllevan diferentes modos de pensar, de actuar y de responsabilizarse ante los compromisos contraídos.

A mi entender el error estuvo y sigue estando en que no se puede dirigir una política financiera carente de una dirección única.

¿Cómo decía aquel? Donde no hay una cabeza, todos son patas. Pues, eso.

domingo, 14 de febrero de 2010

AL DIA

La decadencia de nuestra sociedad parece que no tiene remedio. Basta escuchar las noticias de cualquier emisora de radio, o leer cualquier periódico, o simplemente sentarse a ver un telediario para ver confirmada esa impresión y salir corriendo gritando: "Vamos directos al precipicio".

Es cierto que tenemos a la orden del día accidentes, actos de terrorismo, crímenes pasionales, fenómenos naturales espeluznantes, catástrofes apocalípticas, que diariamente se llevan por delante la vida de muchos seres humanos, y eso nos hace vivir en constante ansiedad y sensación de inseguridad.

Pero, ¿acaso es eso una novedad? ¿Cuándo ha estado el mundo libre de tales sucesos? Jamás. Recordemos, si no, a Caín y Abel. Y desde entonces, las épocas se han sucedido, unas más sosegadas y otras más agitadas, pero el mal nunca se ha tomado un descanso.

La realidad es que hoy somos muchos más y, además, las noticias vuelan, en el estricto sentido de la palabra, y ese es, sin lugar a dudas, uno de los motivos de alarma.

Naturalmente, sería pernicioso entender que como ha sido siempre así no debemos preocuparnos, pero quizá no tanto como vivir aterrados sin mirar las partes buenas de la vida, que no son pocas.

jueves, 11 de febrero de 2010

AL DIA

Después de tantos años escuchando los nombres de Bruselas, Unión Europea, fondos europeos, eurodiputados... ya nadie puede excusarse, por alejado que se sienta de la política, diciendo que no sabe que España forma parte de ese conjunto de naciones de la antigua Europa.

Pero, ¿quiere eso decir que sabemos a dónde nos lleva esta Unión? ¿O para qué sirve? ¿Y si nos beneficia a los ciudadanos europeos?

Sí es cierto que cuando viajamos por el continente ya no necesitamos pasaporte, ni visado. Y de forma más restringida, lo hacemos sin necesidad de cambiar la moneda. Pero, eso es todo. Al menos a nivel de ciudadano de a pie. ¿Y para tan escaso beneficio hace falta ese monstruo llamado parlamento europeo que nos cuesta un ojo y medio de la cara a cada uno de los europeos?

Suponemos que los parlamentrios algo hacen cuando se reunen, además de reunirse, pero como cada país es soberano, lo que allí se dice, queda tan lejos que los ecos no llegan a todos los rincones de Europa.

Creo que llevamos tantos años con esto que ya es hora de que el parlamento europeo asuma la importancia que le corresponde y sea allí donde se cocine el rumbo de nuestro futuro, y que desaparezcan los gobiernos nacionales, o se limiten a asuntos locales, sin contradecir ni entorpecer las directrices que emanen de Bruselas, porque mientras no lleguemos a eso, seguiremos mareando la perdiz, manteniendo una burocracia insostenible y abriendo la brecha, cada vez más profunda entre la casta política y los que la mantenemos, ellos endiosados y nosotros cada vez más pobres y más vasayos.

martes, 9 de febrero de 2010

AL DIA

Al hilo de lo que veníamos hablando, las ayudas oficiales a los países necesitados me parece un esfuerzo vertido en un agujero negro.

Sin tener en cuenta la parte proporcional de esa aportación que hace usted, alma de buen corazón, que se pierde por el camino, (administración, empleados que gestionan, transportes...) lo peor es que el resto llega a manos que no siempre son las más adecuadas.

Sin mencionar los actos de corrupción.

La prueba del fracaso de estas ayudas la tenemos bien a la vista. ¿Cuántos años llevamos ayudando a eso que, sin vergüenza alguna ni remordimientos, llamamos tercer mundo? ¿Hemos mejorado en algo ese mundo?

Sin embargo, gobernantes precisamente de ese mundo nos muestran, y a menudo con gran ostentación, el lujo del que están rodeados, y por supuesto las armas de las que se rodean, mientras que los gobernantes de nuestro mundo, (supongo que será el 1º o el 2º) se afanan a mostrar su generosidad haciéndonos creer lo solidarios que son. Nada de caritativos, que eso ha quedado en desuso, sino solidarios.

Pero, claro, es que eso de salir en la foto cuenta tanto para ellos. Lo que sucede con el dinero, qué les importa. Ellos han cumplido, se quedan con la conciencia tranquila (?) y cuentan que la acción les ha reportado tantos votos más.

¿No será hora de analizar si el sistema es el adecuado?

domingo, 7 de febrero de 2010

AL DIA

Me contaba un vecino que suele ir a menudo a la ciudad en autobús, la cantidad de conversaciones que, sin pretenderlo, escucha continuamente.

No siempre es igual, pero dice que a veces se encuentra muy incómodo cuando, de pronto, ve que su vecino, del modo más natural echa mano del teléfono y sin reparar en nada más, como si estuviera en la intimdad de su casa, inicia una conversación en la que, sin comerlo ni beberlo, se siente involucrado, como cómplice, sin saber a dónde mirar...

"...Pues, no te creas, porque anoche ya le dije que estoy harto, que cualquier día le doy un par de hostias..."

Claro que el relato no siempre es apabullante, aunque, dice mi vecino que no sabe qué es peor...

"...Sí, sí, la rubia, esa que conocimos el viernes pasado... pues resulta que se llama Carmela y, oye, en la cama se revuelve... no te imaginas..."

Otras veces, mi vecino me cuenta que igual se entera de los formidables días de vacaciones que pasó en Cancún su vecino de autobús, como que otro día tiene que escuchar de su acompañante involuntario lo mal que lo está pasando y el agobio que siente ante el acoso del banco porque no puede hacer frente a los recibos...

Mi vecino, que es un hombre mayor, no comprende el desparpajo que emplea mucha gente, y al mismo tiempo la indiferencia hacia los demás. A él, desde luego, y me lo cuenta muy enfadado, le parece una falta de respeto.

"A ninguno de todos esos les gustaría que entrara un desconocido en su casa para interrumpir su intimidad, ¿no? ¿por qué, entonces, obligan a los demás a tener que compartirla.... cuando les apetece a ellos?".

jueves, 4 de febrero de 2010

AL DIA

Tras la transición se habló mucho y muy mal del sindicato vertical de la época anterior, pero ¿qué podríamos decir hoy del actual? - Anótese que no es un desliz si digo del actual, en singular, es que creo que solo hay uno, aunque con diferentes nombres, supongo que para dar cabida a más gente.

En el fondo creo sinceramente que hace falta una cabeza visible para representar a los empleados ante el empleador. En teoría esa debería de ser la función de un sindicato, supongo, aunque la realidad nos enseña que son los que viven del empleador, y encima sin dar un palo al agua, al tiempo que, por si fuera poco, son los aguafiestas de los empleados. Recuérdese, si no, las últimas vacaciones.

Será por aquello de hacerse notar, y como por lo visto tienen poco satisfactorio que mostrar... las amenazas es un buen medio para conseguirlo.

Una muestra de ello es que ahora, pricipios de febrero, ya están calentando motores para la Semana Santa, después será para el puente de mayo, e inmediatamente después la emprenderán con las vacaciones de verano. Y entre medias, los autobuses, el metro, el tren, los hospitales...

¡Ah, los hospitales! Leo en el periódico que hay denuncias abiertas de boicots en algunos hospitales de Madrid, con roturas de material quirúrjico muy valioso y muy caro, entre otras muchas lindezas similares.

Mi amigo Juan, psicólogo él, me dice que el comportamiento un tanto vandálico de estos personajes es fruto de su descontento, de su insatisfacción con su propio estado de ánimos, porque solamente quien se siente frustrado es capaz de hacer mal y comportarse como un estúpido, o sea, sin conseguir beneficio.

Será así, pero maldita la gracia que tenga que desistir yo de ir a Canarias en Semana Santa, solo porque los controladores están deprimidos.

martes, 2 de febrero de 2010

AL DIA

"Su sonrisa era una pantalla para una mente vacía. No sabía nada, excepto mirar fijamente a los hombres como un búho que, aunque bello de mirar, es por lo demás un ave inútil".

Pese a que la frase parece de rabiosa actualidad, no se confunda usted, que no lo es tanto. Más bien es todo lo contrario, puesto que es antigua, muy antigua. Se atribuye a Bernardo Saisset, obispo de Pamiers, expresada allá por el año 1.300, y se refería a Felipe el Hermoso.

lunes, 1 de febrero de 2010

AL DIA

En realidad, lo que está pasando en España no era imprevisible, si bien pocos creían que podríamos llegar a estos extremos, principalmente porque no se contaba entonces que llegaríamos con tanta facilidad como hemos llegado a salirnos de madre. O tal vez aquellos padres de la Constitución... en fin, vaya usted a saber.

El caso es que ahí estamos. Me refiero al descontrol económico al que hemos llegado.

A mi entender España no es un país tan rico como para permitirse mantener 17 gobiernos, pero es que, además, por si fuera poco, vienen los ayuntamientos con sus exigencias, con empleados-privilegiados, que junto a los otros de las autonomías, más los del gobierno, que suman un montón, todos ellos con sueldos demasiado a menudo escandalosos, más dietas, coches, guardaespaldas, viajes, y prebendas varias sin justificar... total, una lluvia de millones.

Y yo me pregunto, como seguramente también se lo pregunta usted, ¿hasta cuándo podremos seguir engañándonos? Porque llegará el día que no podremos soportarlo y el corsé estallará, cual globo que se infla excesivamente.

Hasta ahora se van haciendo apaños, que no es otra cosa que hacernos cada día un poco más pobres. O sea, menos capacidad de compra, menos o peores servicios, trabajar más años... Y estas son las nefastas consecuencias que sufrimos a causa de unas políticas, cuyos responsables parece que no las sufran.

Pero, ¿hasta cuándo? Aún estaríamos a tiempo, solo hace falta alguien que quiera ponerle el cascabel al gato, y eso...